Pergamino
Señor tuve suerte de ser tuya,
A temprana edad de mi vivir,
Te cantare alabanzas y aleluyas,
Mientras me des este existir.
Al canto de las aves tempraneras,
Te brindaré la sonrisa cotidiana
Al correr la neblina pasajera,
Ahí te veo Señor por la mañana.
Un cisne, un árbol en la lejanía
La laguna, un bosque y una playa,
Pájaros chillones en su gritería…
Alabando a Dios con alegría.
Mi más grande favor será pedirte,
Que se haga tu voluntad y no la mía,
Hoy que tengo la dicha de escribirte,
Para decirte que te amo en armonía.
Quedara todo el campo mudo y sombrío
Cuando la tarde oscurezca el camino,
Junto a los álamos del gran rio allí,
Te entregare mi alma como pergamino.
Por Elizabeth Montoya
Derechos Reservados
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